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De igual manera en la jornada del pasado día uno se exponía a la veneración de los fieles en solemne y piadoso besamanos a la imagen de Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas, en su capilla propia en el interior de la Real Parroquia de San Lorenzo Mártir de la capital cordobesa.
A continuación de las imágenes reproduzco el texto que la mayordomía de la Hermandad preparó y repartió a tal efecto a modo de explicación sobre el montaje del besamanos al que tituló «María como primer tabernáculo o custodia de la Cristiandad»
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María como primer tabernáculo o custodia de la Cristiandad
Los paños fúnebres que forman parte del ajuar de la Hermandad para representar el drama redentor de la crucifixión y muerte del Señor, parecen retorcerse y estirarse, como si de la rocalla se tratase, para moldearse en formas arquitectónicas y así poder componer el retablo efímero que cobije a la que es nuestra Madre y Maestra, María.
Un gran resplandor que hace alusión a la Virgen como custodia viva, es flanqueada y custodiada por los Santos Arcángeles. Los espejos hacen alusión a la virginidad de María y las llamas de las velas a las almas de los hermanos difuntos.
En la Visitación de María a su prima Isabel podemos decubrir a la Madre como el primer tabernáculo de la Historia donde el Señor Jesús, todavía oculto a los ojos y oídos de los hombres se ofrece a la adoración de Isabel, como irradiando su luz a través de los ojos y la voz de María. María es verdaderamente la custodia viva del Señor, el admirable ostensorio del Cuerpo de Cristo.
Rodean a la Virgen ángeles con el canto del Magnificat, canto que es una acción de gracias de María hacia Dios que se complace en la humildad de su sierva. El pan eucarístico que recibimos es el verdadero cuerpo nacido de María Virgen. Así pues, Ella nos invita a celebrar la Eucaristía y a que, cada vez que recibamos la comunión, salgamos de la iglesia siendo custodias vivas, manifestando nuestra Fe.
Aprendamos de la Madre a ser humildes, a aceptar la voluntad de Dios y a escuchar y hacer cumplir su palabra que son el medio para la salvación eterna