También coincidiendo con el último domingo de adviento la Hermandad del Descendimiento celebró cultos en honor a su titular mariana, Nuestra Señora del Buen Fin, en su sede canónica la Parroquia de San José y Espíritu Santo del popular barrio del Campo de la Verdad.
La Virgen presidía un grandioso altar en estos cultos, que suponían así mismo el inicio de un año muy especial para esta Hermandad, pues conmemorará durante el próximo ejercicio tanto su setenta y cinco aniversario fundacional como el veinticinco de la incorporación a la misma de la dolorosa que tallase el sevillano Hernández León.
El altar erigido en el altar mayor del templo se articulaba sobre el frontal y techo de palio a modo de dosel, sobre el cual se situaba el respirado frontal del paso con un grupo de candeleros y dos jarras de flores, conjunto que antecedía a la imagen de la Señora, situada sobre su peana procesional, y a cuyos lados se establecían una notable cantidad de candeleros precedidos en el centro de cada conjunto por otra jarra finamente confeccionada en flor blanca.
Por último en cuanto a la vestimenta de la dolorosa señalar que vestía la saya bordada en oro y sedas antiguas sobre pana inglesa que estrenase hace un par de años, un manto de vistas bordado en aplicación sobre terciopelo rojo y un tocado en tono marfil dispuesto a tablas.
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